La presión continua de estar disponible y las largas jornadas laborales afectan negativamente la salud, aumentando los riesgos de enfermedades graves
En la actualidad, el estrés laboral se ha convertido en una preocupación creciente debido a la tendencia global hacia jornadas de trabajo cada vez más largas. Con la evolución de la tecnología, la posibilidad de estar conectados las 24 horas del día ha llevado a un aumento en la cantidad de horas dedicadas al trabajo, difuminando las fronteras entre la vida personal y laboral. Este fenómeno ha dado lugar a una cultura de workaholics, personas que se sienten obligadas a trabajar continuamente, lo que ha generado un impacto notable en su bienestar general.
Los especialistas alertan sobre el incremento de esta conducta, destacando que la accesibilidad constante a correos electrónicos, mensajes y plataformas de trabajo en línea está alimentando esta problemática. Los trabajadores, en muchos casos, sienten la presión de estar disponibles en todo momento, lo que contribuye a un ciclo continuado de trabajo sin descanso. La falta de desconexión y el tiempo prolongado frente a dispositivos electrónicos amplifican los niveles de estrés, afectando negativamente la calidad de vida.
Además, diversas encuestas y estudios recientes reflejan que un número creciente de empleados se identifica con el término workaholic, señalando que el balance entre el trabajo y la vida personal es cada vez más difícil de lograr. La sociedad, junto con las empresas, enfrenta el reto de encontrar estrategias efectivas para mitigar estos efectos, promoviendo prácticas laborales que favorezcan la productividad sin sacrificar la salud mental y el bienestar de los trabajadores.Cuáles son los efectos de trabajar por muchas horas sobre la salud del cuerpo
Un reciente estudio ha suscitado preocupación sobre los efectos negativos que las largas jornadas laborales pueden tener en la salud. En mayo de 2021, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) informaron que trabajar más de 55 horas a la semana estaba relacionado con 745.000 muertes por accidente cerebrovascular y enfermedades cardíacas, lo que representa un aumento del 29% desde el año 2000.