Día Mundial de la Alergia: síntomas y cómo prevenir reacciones peligrosas a los alimentos

Este cuadro, en muchos casos, puede requerir una intervención de emergencia debido a la gravedad de las manifestaciones clínicas. Cómo […]

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Este cuadro, en muchos casos, puede requerir una intervención de emergencia debido a la gravedad de las manifestaciones clínicas. Cómo identificarlas y qué recaudos hay que tomar para controlar el riesgo

Este lunes 8 de julio es el Día Mundial de la Alergía, una jornada promovida para alertar y concientizar sobre este problema de salud. Las alergias ocurren, generalmente, en personas que tienen antecedentes familiares. El paciente puede tener esto último y desconocerlo.

Una alergia ocurre cuando, ante determinadas sustancias extrañas para el organismo, el sistema inmunológico reacciona de manera sobre-exagerada. Esta reacción aparece inmediatamente y se manifiesta con síntomas que, muchas veces, ponen en peligro de vida, debido, por ejemplo, a la anafilaxia, que es una reacción grave con hipotensión y pulso débil, entre otros signos.

Cabe precisar, en tanto, que en todo el mundo están aumentando, específicamente, las alergias alimentarias, que afectan a personas de todos los grupos etarios. Esto tiene un importante impacto en la salud global, y se convirtió con el paso del tiempo en un grave problema que, en muchas oportunidades, requiere de una intervención de emergencia ante la severidad del cuadro.

En ese sentido, hay que tener en cuenta que, una vez que se subsana cualquier mínima reacción alérgica, se debe investigar a través de un minucioso interrogatorio las comidas o bebidas que el paciente haya ingerido para repasar la causa y el efecto, y analizar los síntomas, que pueden ser variados. En algunas oportunidades, incluso, los pacientes deben ser tratados por un especialista alergista, pero con dedicación exclusiva a las alergias alimentarias.

Bajo estos preceptos, es importante brindar información, acerca de algunos alimentos alergogénicos, que pueden ser los siguientes:

  • Pescados y mariscos.
  • Frutos secos (maní).
  • Cítricos.
  • Vino tinto.
  • Huevos.
  • Chocolate.
  • Comidas que contengan determinados colorantes o conservantes.