Dimitri Vorbe, uno de los empresarios más influyentes de Haití, fue detenido por agentes de inmigración de EE.UU. en Miami, en medio de crecientes acciones contra figuras de la élite haitiana acusadas de vínculos con bandas criminales. El empresario se encuentra recluido en el Centro de Procesamiento Krome North, bajo custodia del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), aunque aún no enfrenta cargos formales conocidos.
Vorbe es heredero de Société Générale d’Énergie S.A. (Sogener), una de las principales proveedoras privadas de electricidad para el Estado haitiano a través de la empresa pública Électricité d’Haïti (EDH). Bajo su liderazgo, Sogener operó plantas térmicas clave como Varreux I, II y III, en un país marcado por la crisis energética.
Durante el gobierno del expresidente Jovenel Moïse, la empresa fue acusada de corrupción, sobrefacturación y pagos indebidos. En 2020, el Estado confiscó activos de Sogener y exigió más de 120 millones de dólares en compensación.
El Departamento de Estado de EE.UU. indicó esta semana que Vorbe habría participado en una campaña de apoyo a pandillas que contribuyó a la desestabilización de Haití. La embajada estadounidense declaró que su presencia en EE.UU. representa un riesgo para la política exterior, lo que fundamenta su proceso de deportación.
La familia Vorbe también ha tenido poder político: su primo Joel «Pacha» Vorbe es miembro del partido Fanmi Lavalas, y uno de sus abogados llegó a ser ministro de Justicia antes de ser sancionado por Canadá.
Su arresto se produce poco después de la detención del también empresario haitiano Réginald Boulos, acusado de vínculos similares con bandas armadas. Analistas consideran estas detenciones como parte de una ofensiva estadounidense para presionar a la élite haitiana vinculada a la crisis de violencia e impunidad en el país.
