Desde 2023 el Metro acumula fallos cada vez más graves, culminando en apagones, incendios y dobles averías sin precedentes
Durante años, el Metro de Santo Domingo fue la joya del transporte público dominicano: limpio, puntual y eficiente. Un espacio donde, al menos por unos minutos, el caos capitalino se diluía bajo tierra.
Desde hace más de una década Pero esa promesa de modernidad ha empezado a mostrar grietas: apagones, colisiones, fallas técnicas, evacuaciones por los rieles.
Inaugurada en 2009, la Línea 1 tuvo un arranque casi impecable. Los primeros años fueron sin sobresaltos visibles. Pero la calma se rompió en 2011 con una avería eléctrica que paralizó el servicio entre Mamá Tingó y Hermanas Mirabal por tres horas. A los pasajeros les tocó caminar bajo el sol, incluso cruzar a pie el puente Jacinto Peynado. Unas semanas más tarde, otro fallo detuvo los trenes brevemente en hora pico. El Metro había dejado de ser intocable.
El Metro transcurrió sin mayores incidentes hasta febrero de 2013, cuando una falla en el suministro eléctrico generó retrasos considerables hacia Villa Mella. Las estaciones repletas, la frustración colectiva, y un sistema que ya no parecía tan inmune a las crisis eléctricas nacionales.
La única gran tragedia ocurrió el 2014. Un pasajero prendió fuego a su mochila dentro de un vagón, dejando 35 heridos. Fue calificado como acto terrorista.
Pasaron dos años sin reportes graves, hasta que en 2017 los huracanes Irma y María obligaron a cerrar el sistema como medida preventiva. No hubo daños estructurales. En 2018, una avería en plena hora pico forzó la evacuación de un tren.
Febrero de 2020 trajo un apagón parcial que afectó el sistema y, poco después, la pandemia paralizó por completo el servicio durante dos meses. Luego vino el fallo de señalización de 2021 en la estación Centro de los Héroes.
En los últimos tres años han llegado los problemas
El episodio más crudo llegó en 2023: un choque frontal entre dos trenes dejó nueve personas heridas. El tramo norte de la Línea 1 estuvo cerrado por horas. La investigación se inclinó hacia un fallo en el sistema de señalización o un descuido humano.
En julio de 2024, una avería en el sistema de baterías provocó un pequeño incendio en la estación Hermanas Mirabal. No hubo heridos.
Pero fue en 2025 cuando la cosa se salió de control. El 11 de noviembre, un apagón nacional paralizó todo: trenes detenidos en túneles, evacuaciones a oscuras, caos general. Ocho días después, el 19 de noviembre, dos averías en un solo día. La primera por la mañana, causada por las vibraciones de la obra de extensión en María Montez. La segunda, en la tarde, obligó a evacuar a pie a cientos de personas en Villa Mella. No hay precedente de un doble fallo de esa magnitud en un solo día de operación.
