Cuatro días después de que un hombre armado trató de asesinar al expresidente Donald Trump durante un mitin de campaña en Pensilvania, el público sigue sin conocer la magnitud de sus heridas, el tratamiento que el candidato presidencial republicano recibió en el hospital, o si existe la posibilidad de que haya efectos a largo plazo en su salud.
El equipo de campaña de Trump se ha negado a hablar sobre su estado de salud, dar a conocer al público los reportes o expedientes médicos, o poner a disposición de la prensa a los médicos que lo atendieron, dejando que la información fluya a cuentagotas de Trump, sus familiares y amigos.
Las primeras noticias sobre el estado de salud de Trump se dieron a conocer una media hora después de los disparos que obligaron al expresidente a lanzarse al suelo luego de cubrirse la oreja y posteriormente levantar su puño en una muestra de desafío mientras la sangre corría por su rostro. Su equipo de campaña difundió un comunicado en el que señaló que estaba “bien” y “estaba siendo revisado en una instalación médica local”.
“Habrá más detalles”, indicó su portavoz.