Donald Trump
Si los votantes regresan a Donald Trump a la Casa Blanca, él prometió lanzar una campaña sin precedentes contra la inmigración e incluso llevar a cabo deportaciones masivas.
En abril, Trump declaró a la revista Time que su objetivo sería deportar entre 15 y 20 millones de personas, tal vez recurriendo a la Guardia Nacional.
Sin embargo, esta promesa no es reciente: a finales de 2023, una fuente con conocimiento del tema dijo que Trump planea detenciones masivas de migrantes indocumentados para colocarlos en campos de detención mientras esperan ser deportados.
(Y ni siquiera es nueva, ya que Trump también prometió deportaciones masivas en su campaña presidencial de 2016).
Lo nuevo se centra en el número de inmigrantes indocumentados a los que se dirigirían sus políticas de gobierno. Como se mencionó antes, hasta 20 millones de migrantes que cruzaron la frontera de forma ilegal; no obstante, el número exacto de inmigrantes indocumentados en EE.UU. no está claro. Probablemente sea más pequeño de lo que dice Trump.
Trump quiere militarizar el asunto de inmigración si llega de nuevo al poder, pero empezaría utilizando a las fuerzas policiales locales y centrándose en cualquier inmigrante con antecedentes penales.
Time preguntó a Trump si su iniciativa incluiría a militares. «Sí los incluiría», dijo y añadió: «Cuando hablamos de militares, en general, hablo de la Guardia Nacional».
Además, aseguró que «no tendría ningún problema en utilizar a los militares como tales», aunque cree que la Guardia Nacional sería suficiente.
Como parte de su campaña presidencial actual, Trump ha repetido las afirmaciones falsas de que muchos inmigrantes son antiguos presos o han estado internados en instituciones en sus países de origen. CNN informó que no hay datos que apoyen la idea de que el aumento de inmigrantes provoque un aumento de la delincuencia. De hecho, la mayoría de los índices de delincuencia violenta en Estados Unidos ha disminuido.
En este sentido, su idea más reciente en materia de inmigración surgió al hablar con el presidente de la UFC, Dana White, a quien le propuso crear la «liga de peleadores inmigrantes», empleando nuevamente un lenguaje deshumanizante para describir a las personas que ingresan ilegalmente a Estados Unidos.
Joe Biden
Durante su campaña, el presidente de Estados Unidos ha dirigido sus esfuerzos de inmigración a dos acciones ejecutivas que recientemente aplicó en el país, en un lapso de tan solo dos semanas.
La primera de ellas resulta contradictoria a las promesas que esbozó en su campaña de 2020. En ese entonces, prometió revocar la autoridad ejecutiva que utilizó Trump para prohibir la entrada a EE.UU. de personas procedentes de países mayoritariamente musulmanes en 2017 y también para prohibir la entrada a la mayoría de los solicitantes de asilo en 2018.
Y, de hecho, Biden cumplió su promesa meses después de asumir el cargo en 2021.
Sin embargo, el pasado martes 4 de junio, Biden retomó esa autoridad de la era Trump para limitar el ingreso irregular de migrantes que buscan pedir asilo.
Pese a la contradicción, Biden intentó trazar un estricto contraste con Trump.
«Nunca demonizaré a los inmigrantes. Nunca me referiré a los inmigrantes como si envenenaran la sangre de un país. Además, nunca he separado a los niños de sus familias en la frontera», dijo Biden.
Aun así, la retórica de Trump y Biden sobre los inmigrantes sigue siendo muy diferente. Biden se muestra abierto a los inmigrantes como un segmento importante de la sociedad estadounidense. Quiere proteger a los hijos de inmigrantes indocumentados que han crecido en EE.UU. y crear una vía hacia la ciudadanía para los que ya están aquí.
En consonancia con esta postura, el presidente de Estados Unidos dispuso una nueva acción ejecutiva que podría beneficiar a miles de inmigrantes indocumentados.
La medida, anunciada el martes 18 de junio, permitirá que ciertos cónyuges e hijos indocumentados de ciudadanos estadounidenses soliciten la residencia legal permanente sin salir de EE.UU.
La residencia legal permanente, comúnmente conocida como la obtención de una tarjeta verde o ‘green card’, permite a los inmigrantes vivir y trabajar legalmente en Estados Unidos.
En específico, la medida proporcionará estatus legal y protección a unas 500.000 familias estadounidenses y a unos 50.000 hijos de inmigrantes menores de 21 años que no tengan ciudadanía y cuyo progenitor esté casado con un ciudadano estadounidense, declaró un alto funcionario del Gobierno de Biden.
En otras palabras, la acción ejecutiva podría beneficiar hasta a 550.000 personas, según el Instituto de Política Migratoria.
Asimismo, el Gobierno de Biden anunció que se facilitará el proceso de concesión de visas de trabajo a profesionales extranjeros recién graduados de sus estudios universitarios y que tengan una oferta de empleo altamente cualificado.
Esos profesionales podrán solicitar una visa de trabajo H1B —que lleva a la residencia permanente— si obtienen una oferta formal de trabajo de un empleador dispuesto a patrocinarles el proceso.