El Día Mundial del Hermano se celebra cada 5 de septiembre a nivel global, en homenaje a Madre Teresa de Calcuta. Esta efeméride reconoce la importancia de la solidaridad y el compañerismo en la familia, extendiendo el concepto de hermandad más allá de la consanguinidad para incluir a aquellos considerados hermanos del alma. Esta fecha busca replicar la pureza y autenticidad de los sentimientos fraternales y tiene un tono espiritual derivado de la figura de la famosa santa.
Madre Teresa de Calcuta, quien falleció el 5 de septiembre de 1997 a los 87 años de edad, es recordada no solo por sus servicios caritativos, sino también por los dos milagros atribuidos a su intercesión, los cuales contribuyeron a su canonización por el Papa Francisco en 2016. La Madre Teresa de Calcuta, cuyo nombre secular fue Anjezë Gonxhe Bojaxhiu, nació en 1910 en Skopje, fue una monja albanesa que dedicó su vida al servicio de los pobres y enfermos.
En 1950 fundó las Misioneras de la Caridad en India, enfocándose en ayudar a los más desamparados, como enfermos terminales y huérfanos. Su dedicación la convirtió en un símbolo mundial de compasión y altruismo. Recibió el Premio Nobel de la Paz en 1979 por su labor humanitaria. Su congregación continúa ayudando a los más necesitados en más de 130 países, manteniendo vivo su legado de amor y servicio.
Esta celebración es una oportunidad valiosa para destacar y reforzar los lazos fraternos. La hermandad se define no solo por la genética, sino también por los vínculos emocionales y espirituales que se establecen con otras personas a lo largo de la vida. En este sentido, la importancia de los hermanos va más allá de la biología y se convierte en un sustento emocional y moral que fortalece la estructura familiar y social.