La fiebre del litio en Argentina opaca la preocupación ambiental

En 2023, Argentina se ubicó como el cuarto productor mundial del metal «El litio es malo y a la vez bueno», dice […]

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En 2023, Argentina se ubicó como el cuarto productor mundial del metal

«El litio es malo y a la vez bueno», dice Anahí Jorge, que trabaja en una empresa que extrae el metal y, a sus 23 años, cobra un sueldo que cuadruplica al de un empleado municipal de su pueblo, Susques, en la provincia argentina de Jujuy.

«Nos perjudica el tema del agua pero es bueno para las personas que están trabajando hoy en día», explica a la AFP.

Susques, un pueblo de menos de 4,000 habitantes a 3,800 metros sobre el nivel del mar, es uno de los más cercanos al Salar de Olaroz, en el norte, donde funcionan dos de los cuatro emprendimientos de extracción de litio en etapa de producción en el país: Sales de Jujuy y Exar.

Argentina, Chile y Bolivia conforman el  «triángulo del litio«, una zona que podría contener más de la mitad de las existencias de ese mineral en el mundo, según expertos.

En 2023, Argentina se ubicó como el cuarto productor mundial del metal, detrás de Australia, Chile y China, según datos del Servicio Geológico de Estados Unidos.

Elemento imprescindible para la transición energética, el litio es clave en las baterías de automóviles eléctricos, pero los métodos para extraerlo en salares insumen una gran cantidad de agua, recurso que escasea en el altiplano.