Según la Universidad de Harvard, es una capacidad clave que participa de muchas funciones, permite autonomía y seguridad al andar. Por qué puede afectarse, cuándo consultar al médico y cómo fortalecerlo para lograr bienestar y una buena calidad de vida a futuro
Últimamente, ha nacido un cambio de mentalidad en relación a la longevidad. De acuerdo a las nuevas tendencias, vivir hasta los 100 años ha dejado de ser “el objetivo” mientras que la salud vital y un envejecimiento saludable han pasado a ser la meta a alcanzar. Ya no se busca tanto sumar años, sino trabajar de manera positiva para seguir un estilo de vida que permita continuar disfrutando de una buena calidad de vida durante mucho tiempo.
Se trata de llevar una alimentación equilibrada, practicar ejercicio y tener un descanso adecuado. Pero, ¿qué ocurre con el equilibrio, como parte fundamental para realizar un sinfín de actividades cotidianas?
El equilibrio es uno de los sentidos que a menudo se dan por sentado, hasta que se lo pierde. En gran medida, es como un reflejo automático. “Sin embargo, ya sea que se esté en movimiento o parado, requiere la interacción de varios sistemas: el sistema nervioso central (cerebro y médula espinal), el sistema vestibular (cerebro y oído interno), el sistema visual (cerebro y ojos) y una vasta red de nervios que detectan la posición en áreas periféricas del cuerpo, como las piernas”, afirman los expertos de Harvard Medical School.
María Elena Moresco, terapista física, miembro del equipo Gestión en Geriatría del Hospital Italiano (MN 5263) explicó a Infobae que los órganos que participan en el equilibrio son “el cerebelo, la vista y el sistema vestibular, que está en el oído. Ellos tres forman la tríada del equilibrio”.
¿Qué músculos participan en el equilibrio? Principalmente los glúteos. “El músculo ‘estrellita’ es el glúteo medio y también el glúteo mayor y los músculos del pie y tobillo. Todas las reacciones de equilibrio empiezan en el pie y continúan en la cadera, pero todos los músculos del cuerpo participan en ellas: los de los miembros inferiores, brazos y, por supuesto, todo lo que es el tronco”, describió la terapista.
A medida que pasan los años es posible que el equilibrio se vuelva menos estable. ¿Consecuencias? Las temidas caídas. Estas pueden provocar lesiones en la cabeza y fracturas de cadera que pueden causar graves complicaciones de salud y amenazar la autonomía e independencia de la persona.
Entre los 50 y 60 años es posible notar que el cuerpo se siente menos estable. Los cambios graduales relacionados con el envejecimiento, como la pérdida de masa muscular, la falta de flexibilidad, los reflejos más lentos y el empeoramiento de la vista, e incluso ciertas enfermedades y medicamentos, pueden afectar el sentido del equilibrio.
Entre los medicamentos que pueden aumentar el riesgo de caídas se encuentran los antidepresivos, benzodiazepinas, antiespasmódicos, antihistamínicos, diuréticos, betabloqueantes, nitratos y fármacos para dormir, entre otros, describe Harvard Medical School. Es importante consultar al médico si se sienten síntomas de inestabilidad para constatar si están relacionados con alguna medicación.
La licenciada Moresco detalló que es importante entrenar el equilibrio a medida que pasan los años para lograr un envejecimiento saludable. “El equilibrio es clave en la tercera edad. Un adulto mayor que no tiene equilibrio, empieza a no salir a la calle o a salir cada vez menos. ¿Por qué? Por miedo a caerse. Cuanto menos se mueve, más debilidad adquiere. Entonces empieza ahí el círculo vicioso. ‘Pierdo equilibrio, no me muevo. Pierdo fuerza, me caigo’. Entonces las caídas son predictoras del deterioro funcional que conduce al deterioro psicológico. Todo está encadenado”, describió la experta.
Y añadió: “Cuando una persona grande, mayor de 75 u 80 años empieza a quedarse mucho en casa, automáticamente tengo que pensar qué está pasando con el equilibrio, qué está pasando con la fuerza que esa persona no quiere salir. O quizá no sea por la fuerza y sí sea el ánimo, por ejemplo. ‘Me quedo sentado en el sillón, no hago nada, me bajoneo, me deprimo’. Y ahí empieza la espiral descendente de la tercera edad”, explicó la terapista.
Qué es el equilibrio
Según Harvard, “el equilibrio implica la capacidad de mantenerse erguido y anticipar los cambios de movimiento. Requiere la coordinación de muchas partes del cuerpo”.
Un estudio reciente publicado en el British Journal of Sports Medicine, descubrió que la incapacidad de mantener el equilibrio durante 10 segundos estando parado sobre un pie se asociaba con un riesgo significativamente mayor de morir por cualquier causa.
Para evaluar el propio equilibrio, se puede realizar una prueba en el hogar y solo requiere un cronómetro, según Harvard:
- Comenzar parado con ambos pies uno al lado del otro y los brazos a los costados.
- Mantener un pie apoyado firmemente en el suelo, levantar el otro pie al menos 30 cm por encima del suelo.
- Sin bajar el pie levantado, sin utilizar ningún apoyo ni levantar los brazos, permanecer en esta posición con una sola pierna durante 10 segundos.