Rusia lanzó nuevos ataques contra zonas civiles en Ucrania, dejando al menos 22 muertos y decenas de heridos, según informaron las autoridades este martes, a pesar de las advertencias del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sobre posibles sanciones y aranceles si no se detienen los bombardeos, el Kremlin continúa su ofensiva.
En la región de Zaporiyia, cuatro bombas rusas impactaron una prisión, matando a 17 reclusos y dejando más de 80 heridos, en la zona central de Dnipro, misiles rusos dañaron gravemente un edificio de tres pisos y afectaron instalaciones médicas cercanas, como un hospital materno y una sala de hospital. En ese ataque, ocurrido durante la noche, murieron cuatro personas, entre ellas una mujer embarazada que está en estado grave.
El presidente Volodymyr Zelenskyy informó que los ataques alcanzaron 73 localidades en todo el país y recalcó que no fueron errores: “Fueron ataques conscientes y deliberados, no accidentales”, escribió en Telegram.
Pese a las amenazas de Trump de imponer medidas económicas contra Rusia si no cesa el fuego, el Kremlin no ha modificado su postura. “Estoy decepcionado con el presidente Putin”, declaró el mandatario estadounidense durante una visita a Escocia.
El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, respondió que Moscú está decidida a lograr sus objetivos en Ucrania, aunque aseguró que se ha “tomado nota” de las declaraciones de Trump y mantiene su compromiso con una solución pacífica.
Zelenskyy, por su parte, valoró positivamente el nuevo plazo establecido por Washington. “Todos necesitan paz: Ucrania, Europa, Estados Unidos y los líderes responsables en todo el mundo. Todos, excepto Rusia”, escribió en Telegram.
No obstante, desde Moscú, el expresidente Dmitry Medvedev, actual subdirector del Consejo de Seguridad ruso lanzó una advertencia directa a Trump. “Rusia no es Israel, ni siquiera Irán”, escribió en la red social X, antes Twitter. “Cada nuevo ultimátum es una amenaza y un paso hacia la guerra. No entre Rusia y Ucrania, sino con su propio país”.
Desde el inicio de la invasión a gran escala, el Kremlin ha advertido repetidamente a los aliados occidentales de Kiev que su participación podría provocar una expansión del conflicto hacia países de la OTAN. Según el Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW), con sede en Washington, las autoridades rusas continúan presentando la guerra como una confrontación geopolítica directa con Occidente con el fin de movilizar apoyo interno.
De acuerdo con la Fuerza Aérea de Ucrania, Rusia lanzó dos misiles balísticos Iskander-M, 37 drones Shahed y varias aeronaves no tripuladas de señuelo durante la noche. Las defensas antiaéreas interceptaron 32 drones de ataque.
Sobre el ataque a la prisión de Zaporiyia, se informó que al menos 42 reclusos fueron hospitalizados en estado grave, mientras que otras 40 personas, incluido un miembro del personal, sufrieron heridas de diversa consideración. Las bombas planeadoras utilizadas armamento soviético modificado con sistemas de guía y alas retráctiles, contienen hasta 3.000 kilogramos de explosivos y han devastado múltiples ciudades del este de Ucrania en semanas recientes.
El incidente ocurrió exactamente tres años después del ataque contra la prisión de Olenivka, en la región de Donetsk ocupada por Rusia, que dejó más de 50 muertos. En aquel caso, tanto Kiev como Moscú se acusaron mutuamente del bombardeo, aunque testimonios de sobrevivientes e investigaciones periodísticas apuntaron a Rusia como responsable, según Associated Press y un análisis interno de Naciones Unidas.
En la región de Járkov, las fuerzas rusas atacaron una tienda de comestibles en una aldea, matando a cinco civiles e hiriendo a tres más, informó la policía local. En la región sureña de Jersón, una persona murió y tres resultaron heridas en las últimas 24 horas.
Mientras tanto, Rusia continúa su ofensiva terrestre en el este del país, en una guerra de desgaste que avanza lentamente, pero con un alto costo humano y militar. El Ministerio de Defensa ruso afirmó este martes haber tomado control de las aldeas de Novoukrainka (Donetsk) y Temyrivka (Zaporiyia).
En la ciudad rusa de Salsk, región de Rostov, un ataque con drones provocó la muerte de un hombre y un incendio en la estación de tren, informaron autoridades. Un tren de carga quedó envuelto en llamas y el tráfico ferroviario fue suspendido temporalmente. Las explosiones también dañaron dos vagones de un tren de pasajeros, cuyos ocupantes fueron evacuados de forma segura.