Un estudio de la Universidad de Duke, Estados Unidos, halló una línea directa entre ese órgano y el microbioma que puede afectar en el ánimo y el comportamiento
La relación entre el intestino y el cerebro es un tema de cada vez despierta mayor interés entre los científicos. Es que el estudio de la microbiota, los billones de microorganismos que habitan en el cuerpo humano, está brindando sorprendentes datos sobre el funcionamiento del organismo.
Este conjunto microbiano ha dado lugar al concepto del eje microbiota-intestino-cerebro, con creciente relevancia en el estudio de trastornos psiquiátricos, neurodegenerativos y del neurodesarrollo.
Un estudio reciente de la Facultad de Medicina de la Universidad de Duke, Estados Undios, descubrió una línea directa entre el microbioma y el cerebro que ofrece una nueva perspectiva sobre el comportamiento y el apetito.
En el interior del colon, unas células sensoriales llamadas neurópodos captan señales específicas de proteínas bacterianas y transmiten mensajes en tiempo real al cerebro, regulando el apetito.