Las manifestaciones contra el régimen se dispararon por la crisis alimentaria, los apagones y la represión. El caso de un joven manifestante muerto bajo custodia policial expone la brutalidad de la respuesta oficial al descontento popular
2024 cerró con un incremento significativo en las protestas y denuncias en Cuba. Según el Observatorio Cubano de Conflictos (OCC), se registraron 8.443 manifestaciones y declaraciones públicas, un aumento del 31% respecto a las 5.749 de 2023.
Este crecimiento refleja el descontento de una población que, como describió el informe, se siente rehén de una élite de poder “egoísta, ineficiente, soberbia y despiadada”.
La madre de Manuel de Jesús Guillén Esplugas, joven manifestante del 11J (las masivas protestas del 11 de julio de 2021) muerto bajo custodia en diciembre, desmintió la versión oficial de que su hijo se suicidó, asegurando que fue víctima de una brutal golpiza: ”Lo mataron a golpes, lo torturaron. Fue una muerte horrible”, declaró Diana María Esplugas. Su testimonio pone de manifiesto la severidad de la represión en un año marcado por la crisis multisistémica de la isla.
Un diciembre cargado de tensiones
El OCC contabilizó 760 protestas en el último mes de 2024, un leve descenso del 4% respecto a las 792 de noviembre. Pese a ello, diciembre mantuvo una fuerte tendencia contestataria, destacando 149 manifestaciones consideradas desafíos directos al Estado policial. Estas se expresaron principalmente en redes sociales, en contraste con las protestas físicas predominantes durante los apagones de noviembre.
La académica disidente Alina Bárbara López resumió el sentir general: “Nada va a mejorar en Cuba sin cambiar un gobierno y un sistema que solo saben construir hoteles para que nadie vaya y mantener las cárceles llenas”, expresó.